julio 05, 2010

DARME


DARME
Le dì a mi espìritu
el don de la contemplaciòn,
y liberaciòn eterna fue.
Quise entrar en las esferas
de la vida,
y decidì descubrir
lo esencial
de la palabra.
Y allì entrè.
En armonìa permanente,
cada ciclo lo vivì
cuerpo y mente,
cada giro lo dancè,
exigièndome constantemente.
La balanza no perdona,
si no compenso con el deber.
Precipito al abismo
todo mi ser,
si no doy a mis tiempos,
lo que pide cuerpo y alma,
vida, sentidos,placer.
ESTELA MENGA