EL ADIÒS
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Las rosas me observan ,
desde el jarròn de cristal
que las atesora.
Mortaja transparente,
donde las rosas añoran
la planta erguida,
morada viva,
donde naciò.
Hoy decoran,
la sala èsta,de mi casa.
Feliz fui al verlas,
en ese lìquido elemento,
mas,mi desdicha
creciò por horas,
al presenciar en la rosa,
su lamento.
Ella,muda,silenciosa,
bajò su frente,
y en un adiòs ,
aùn impregnado de perfumes,
se despidiò de mì.
Yo vencida en mi tristeza
tambièn silenciosa,
ella ,ella,
muriò como una diosa .
ESTELA MENGA