octubre 12, 2013

TROTANDO  Y SOÑANDO
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LLovìa  càlido sol  a travès de las cortinas.

Corrì el velo y pude ver  junto al cesped unas sillas.

Habìan  estado mateando la peonada  con sus chinas.


Tomè el sol entre mis manos,
y me empapè de alegrìa .

Lejos ladraba el perro,y en el corral las gallinas
desayunaban  maìz  escarbando en la tierra .

Montada  sobre Morita ,la jòven  y negra yegua,
anduve por el camino buscando  mis propias huellas.
Ella solo obedecìa con caricias en el lomo,
asì trotamos despacio  aspirando el rocìo .

Descubrì que en el trigal tambièn sol  habìa llovido,
y que la esqiga  esperaba  ansiosa y llena de pan,
que sus granos  ya le fueran recogidos.

Las vacas rumiando van  acercàndose al bebedero ,
porque las doce ya dieron .
Ellas no  usan reloj,de siglos lo llevan dentro...


El ombù servìa de techo,
a cientos de pajaritos ,
me acompañò su piar 
cuando aquì nos detuvimos,
dejè a Morita en en la sombra,
y me arrimè al palomar,
donde pichones  y palomas 
arrullaban en sus nidos .


Allì traspuse el umbral
entre lo real y divino.
Allì me quise quedar,
y ès allì en donde vivo.


ESTELA MENGA